Dinero para quemar: la marihuana medicinal
04/07/2018, FORTUNEENESPANOL.COM, DANIELA DIB
Para Lisa María Sánchez Ortega, directora general de la organización México Unido Contra la Delincuencia, ver lo que pasa en países como Canadá es frustrante. “Estamos decepcionados de que el mundo sigue avanzando mientras que aquí dijimos que ‘sí’ en el Congreso para habilitar el uso médico, científico e industrial, pero no tenemos reglamento”, señala la activista, “así que no se puede implementar”.
Sánchez Ortega se refiere a que en abril de 2017, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen para reformar la Ley General de Salud y el Código Penal Federal para permitir el uso medicinal del cannabis. Según el dictamen, la Secretaría de Salud tenía el mandato de diseñar y ejecutar la política pública al respecto, que además de regular el uso de los derivados del cannabis haría también lo mismo con su investigación y producción nacional.
La Secretaría le delegó esta tarea a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), un órgano de la misma, que contaba con 180 días naturales para publicar el reglamento. “Pero pasaron esos días, llegó el sismo del 19 de septiembre, se dañaron sus instalaciones [ubicadas en la colonia Roma Norte], su cabeza [Mikel Arriola] pidió licencia y a la fecha aún no existe reglamento”, explica Everardo Barojas, fundador y director de la empresa de recetas médicas electrónicas Prescrypto.
De la existencia del reglamento depende el nacimiento de una posible industria de la marihuana medicinal. Para personas como Barojas, que encuentran potencial empresarial en ese mercado, la falta del reglamento los deja en un limbo. “Hasta que no sea legal no se pueden prescribir recetas. Por el momento no se puede hacer nada”, complementa Barojas.
Sánchez Ortega resalta la dimensión de las otras implicaciones: “temas prácticos como patentes, registro de procesos, variedades específicas y únicas [de marihuana] que después tendrían distribuidores únicos, la revisión de primas de seguros que cubran o no la producción o los terrenos, regulaciones de exportación y distribución… todo está frenado”.
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