Fuente: EL TIEMPO, 11/08/2018, Meredith Peñuela Rojas
Seguridad, el desafío mayor que enfrentará López Obrador en México
Reforzar la institucionalidad y la justicia deberá ser la prioridad del nuevo presidente mexicano.
Durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) se transformó la forma de manejar la violencia y se fortaleció el gobierno federal, con la militarización de las calles a cargo de las Fuerzas Federales (Ejército), para enfrentar a los grupos del narcotráfico. Pero eso, señalan los analistas, dejó a un lado a la Policía Estatal, que hoy no tiene recursos ni herramientas para enfrentar los delitos.
“(Calderón) iba a complementar la acción de las fuerzas estatales, pero en realidad ha sido un rol de suplencia. A partir de la declaración de debate frontal y el despliegue de las Fuerzas Armadas, empezaron las organizaciones criminales a armarse más y a retar con su capacidad de fuego al Estado”, dijo a este diario la directora general de México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), Lisa Sánchez.
“Si este gobierno inicia el proceso de reconciliación nacional y fortalecimiento institucional, puede ser el comienzo de un cambio positivo”
Pero hay quienes señalan que ahora la cuestión es cómo se enfrentará a los victimarios. “Se aplaude el deseo de buscar una pacificación, pero el énfasis debe estar en el ámbito institucional y en la prevención de la violencia. El combate a la impunidad y el acceso a la justicia es donde está el riesgo”, señaló Alejandro Poiré, decano nacional de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey.
Por su parte, Sánchez considera que la inseguridad parte de “la falta de Estado de derecho”. “La cifra negra de delitos es enorme, es decir, todos aquellos que no se denuncian. Y en aquellos que se denuncian, los niveles en los que se imparte justicia son bajos. Entonces, en México es virtualmente gratis cometer un delito porque la probabilidad de ser sancionado es muy baja”, aseguró. Pese al panorama, los expertos tienen esperanza en la nueva administración, siempre y cuando tenga como base un refuerzo de la institucionalidad.
Las estrategias de pacificación tendrán una salida positiva, de acuerdo con Sánchez: “Si este gobierno inicia el proceso de reconciliación nacional y fortalecimiento institucional, puede ser el comienzo de un cambio positivo. No creo que vaya a ser suficiente un sexenio, lo que me parece fundamental es que este gobierno logre sentar las bases de un proceso de largo plazo, que pueda ser continuado”.
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