Violencia y desigualdades sociales: los retos de gobernar una de las metrópolis más grandes de América Latina

05/12/2018, EL PAÍS, ELÍAS CAMHAJI
La próxima jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, encara el momento más sangriento en dos décadas bajo la promesa de una transformación política
La capital mexicana batió en 2017 su récord de asesinatos. Hubo 1.085 homicidios dolosos, según datos oficiales. Hasta octubre de este año van 990 muertes violentas y si la incidencia crece al ritmo de los últimos meses, Ciudad de México cerrará 2018 -otra vez- como el año más sangriento desde que empezaron los registros públicos, en 1997. Sheinbaum ha adelantado que el combate a la violencia será su prioridad, en una ciudad en la que ocho de cada 10 habitantes se sienten inseguros, según cifras oficiales.
La capital destinó una quinta parte del presupuesto aprobado para este año a Seguridad y Justicia, unos 50.000 millones de pesos (más de 2.500 millones de dólares). No se gasta más en ningún otro rubro. Tiene la tasa más alta de policías por cada 100 habitantes en el país y la mayor cantidad de trabajadores en sus fiscalías. Pero eso no se ha reflejado en más eficacia. La probabilidad de que un delito se esclarezca en la capital es menor al 1%, de acuerdo con la organización Impunidad Cero. “Los recursos son necesarios, pero no suficientes porque hay un problema de modelo de gestión y de corrupción, el dinero no está llegando donde tiene que llegar”, señala Guillermo Zepeda Lecuona, uno de los autores de esa investigación.
El próximo Gobierno tendrá que remar contra índices delictivos al alza, crímenes más violentos, la población que más desconfía de la impartición de justicia en el país e instituciones que arrastran deficiencias considerables de la anterior Administración, apunta Lisa Sánchez, directora de México Unido contra la Delincuencia. Sheinbaum ha apostado por un Gabinete de Seguridad experimentado, tecnología para geolocalizar los ilícitos, programas sociales para la prevención, así como una reorganización del sistema de cuadrantes y la capacitación de la Policía. También ha prometido duplicar las 15.000 cámaras de seguridad que vigilan la ciudad, pese a que su funcionalidad e impacto en la disminución del crimen han sido cuestionados. “En general el diagnóstico es correcto, aunque existe el riesgo de caer en falsas soluciones, guiadas por la inmediatez y el populismo punitivo”, opina Sánchez.
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