MUCD: 25 años luchando por la seguridad y el acceso a la justicia
Ciudad de México, octubre de 2023. México Unido Contra la Delincuencia conmemora 25 años de su fundación y una incansable lucha en la exigencia de seguridad, acceso a la justicia y entornos más pacíficos para las y los mexicanos.
Fundada en 1998 por Josefina Ricaño Bandala, MUCD surgió como una iniciativa ciudadana sin precedentes a partir del cual las víctimas del delito en México no volverían a estar solas.
Junto con un puñado de personas nuestra fundadora se enfrentó a las autoridades de seguridad y justicia a la vez que ponía en marcha la primera organización de la sociedad civil en su tipo. Desde entonces, México Unido Contra la Delincuencia se convertiría en la organización pionera en el acompañamiento a víctimas del delito, dando inicio a un incansable e ininterrumpido trabajo de dos décadas y media de acciones de contención, orientación, atención y acompañamiento a quienes debían vivir el viacrucis de buscar justicia.
Con la fuerza de una legítima movilización de personas preocupadas por la situación de inseguridad MUCD logró sentar los cimientos de las instituciones encargadas de atender a las víctimas del delito, obligando al Estado a crear unidades, mecanismos y fiscalías especializadas para brindar atención adecuada.
Más de 30 mil víctimas de secuestro, extorsión, homicidio y violación accedieron a la justicia gracias al acompañamiento de MUCD. Y más de 500 mil fueron orientadas sobre sus derechos ante el sistema de justicia.
Para profundizar este trabajo y atender integralmente las causas y consecuencias de la criminalidad y la injusticia, y sin dejar de trabajar en la causa que nos dio origen, abrimos y lideramos nuevas agendas con la intención de fomentar una ciudadanía participativa, exigente y respetuosa de las normas, capaz de fomentar entornos pacíficos y fortalecer el Estado de derecho.
Caminamos con víctimas, gobiernos, comunidades, escuelas, padres y madres de familia, juventudes, organizaciones sociales y empresas… Con uno u otro proyecto llegamos a los 32 estados de México: formando en las aulas, impulsando proyectos de impacto social, activando a las juventudes, creando nuevas redes comunitarias, estableciendo espacios de diálogo y participación, sensibilizando al sector privado…
En ese entonces nuestra organización fraguó el primer y único esfuerzo en su tipo para fomentar una cultura de la legalidad hacia el fortalecimiento del Estado de derecho en cada rincón del país.
Más de 6 millones de estudiantes de segundaria se formaron en cultura de la legalidad en 10 mil 558 escuelas de los 32 estados de la República, junto a 20 mil 997 docentes. Otros 6 millones más de personas fueron beneficiadas con proyectos de empoderamiento comunitario en 13 entidades y 42 comunidades del territorio nacional.
734 mil 434 personas se beneficiaron con programas de cultura de la legalidad en más de 120 empresas nacionales y 231 mil 553 personas más fueron beneficiarias de 115 proyectos creados por líderes juveniles en 5 entidades federativas.
Ambiciosos en este cometido, hicimos posible también que cualquier ciudadano, el ciudadano común, dejara de ser un simple espectador y usuario de los sistemas de procuración de justicia para convertirse en una pieza clave en la mejora de la atención a las víctimas de delitos y generamos un modelo de monitoreo ciudadano de la justicia cívica y penal. Cambiamos la forma de impartir justicia.
Aún cuando en 25 años de historia podemos demostrar que nuestro esfuerzo ha traído mejoras concretas para la gente, sabemos que los problemas que tenemos están lejos de ser resueltos.
El México de hoy no sólo enfrenta el problema del delito victimizante que nos vio nacer. A él se suma el de la violencia que alcanza ya dimensiones de un conflicto armado interno, con el añadido de la doble victimización que supone las sistemáticas violaciones a los derechos humanos, producto de la aplicación de políticas que, lejos de resolver el problema, lo han agravado. Por si fuera poco, en estos años hemos tenido que añadir a la ecuación, la existencia de un ambiente político caracterizado por el constante ataque al Estado democrático de derecho y al debilitamiento de las instituciones que tanto tiempo tomó construir.
Frente a este contexto, México Unido ha tenido que adaptarse y reconocer que además de ser ciudadanas y ciudadanos activistas luchando por un país más seguro, más justo y en paz, somos también defensores del Estado democrático de derecho y de la permanencia del gobierno civil.
Para responder a este mandato, hemos desarrollado nuevas agendas, y también hemos tenido que idear más y mejores formas de accionar, de exigir, de influir y de impulsar el cambio social. Sin abandonar nuestras causas históricas, el México Unido actual se ha dado a la tarea de liderar y defender las agendas que consideramos más apremiantes y más necesarias de la vida pública, aún si éstas se perciben contramayoritarias o contraintuitivas:
Si hoy el país se enfrenta a los riesgos derivados de la ampliación del poder militar, México Unido está al frente de la lucha contra la militarización, y la defensa de la vía civil y la seguridad ciudadana.
Si hoy el país sufre los estragos de la violencia armada, México Unido abandera la causa del control de armas de fuego y la reforma de la política de drogas.
Si hoy nuestro país enfrenta una crisis de legalidad, México Unido no sólo mantiene intacto su compromiso por promover una cultura de la legalidad que fortalezca el Estado de derecho sino que lleva a juicio aquellos actos de autoridad que violan la constitución.
Como no podría ser de otra manera, en este proceso de cambio dejamos de caminar solos y nos tomamos de la mano de colectivos, organizaciones aliadas, activistas, academia y ciudadanía para crear más de un espacio de resistencia civil, a quienes agradecemos enormemente su compromiso y solidaridad. Desde ahí, hoy visibilizamos los riesgos y los impactos diferenciados de la inseguridad, la injusticia y la ilegalidad y acercamos nuestras causas a grupos diversos como las juventudes, las mujeres, los colectivos de víctimas y el público en general.
En tiempos marcados por la polarización, la impunidad y la violencia, convencer a la ciudadanía de que la seguridad debe ser civil y ciudadana, y no venganza, arbitrariedad o “mano dura”, es una labor enorme. También lo es exigir a la autoridad que apueste por la construcción de paz sin debilitar a las instituciones civiles.
Hoy, refrendamos nuestro compromiso con esta causa y asumimos nuestro rol de ciudadanos activistas. Frente al tamaño de este desafío, estamos conscientes de que, la sociedad toda, nos necesitamos. Agradecemos este andar y pedimos que sigan caminando con nosotras y que nos permitan seguir haciendo de esta lucha una realidad. Queda mucho por hacer, pero podemos hacerlo juntos.
México Unido Contra la Delincuencia A.C.