¿Qué debe contemplar una buena regulación?

La guerra contra las drogas ha fracasado. La política prohibicionista no ha reducido el consumo ni la disponibilidad de las drogas ilegales; por el contrario, ha creado un violento mercado criminal y ha desviado los recursos económicos del área de la salud para tratar de aplicar leyes ineficaces. El prohibicionismo estigmatiza y margina a las personas usuarias de drogas, las desincentiva de asistir a las instituciones de salud en casos de emergencia y las obliga a recurrir a drogas más peligrosas cuando la disponibilidad de su producto habitual se reduce. Asimismo, esta política afecta de forma desproporcionada a los eslabones más débiles de la cadena de tráfico, como campesinos y narcomenudistas.

La regulación legal de las drogas es la mejor alternativa para revertir esta situación, implica quitarle el control de este mercado a las organizaciones criminales y devolverlo al Estado. De esta manera se podría gestionar más eficientemente el fenómeno de las drogas, estableciendo controles estrictos a su producción, comercio y consumo. Además, la regulación permitiría replantear prioridades y objetivos realistas orientados a reducir el daño, descapitalizar a los grupos criminales, optimizar el gasto público y proteger los derechos humanos de las personas. Por ello, en MUCD apostamos por una reforma integral de drogas con una mirada de justicia social.

Conforme a lo anterior, una regulación de las drogas debería ser:

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¿Cómo vamos en México?

El proceso de militarización en México comenzó desde 1940; no obstante, en 2006, este proceso se aceleró cuando Felipe Calderón decidió desplegar permanentemente a las Fuerzas Armadas para combatir al crimen organizado. Sus sucesores, han continuado con la misma estrategia. Las consecuencias sociales de estas políticas han sido desastrosas e incluyen un aumento exponencial de homicidios y desaparecidos. Es así que organizaciones de la sociedad civil y legisladores comenzaron a proponer enfoques alternativos para tratar el fenómeno de las drogas.

 

En 2007, se presentó la primera iniciativa para regularizar el cannabis y, aunque no fue aprobada, fue la primera de muchas por venir. En 2014, MUCD ganó el primer amparo contra la prohibición del cannabis y tan solo en ese año cuatro iniciativas más se presentaron en el Congreso. En 2018, MUCD ganó el quinto amparo, logrando que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declarara inconstitucional la prohibición absoluta del consumo de cannabis. Como consecuencia, la SCJN ordenó al Congreso emitir una regulación; sin embargo, han sido omisos hasta la fecha. Consecuentemente, el 15 de julio de 2021, la SCJN emitió la Declaratoria General de Inconstitucionalidad 1/2018, donde eliminó todos los obstáculos de la Ley General de Salud para que COFEPRIS pueda otorgar los permisos de uso personal de cannabis, ordenando publicar los lineamientos correspondientes. No obstante, Cofepris no sólo no ha emitido los lineamientos, sino que de forma sistemática obstaculiza y se niega a expedir los permisos solicitados por los usuarios.

 

En los últimos cuatro años, al menos 27 iniciativas se han presentado para regular el cannabis, pero ninguna ha sido aprobada. Si bien se ha hecho un enorme progreso, aún queda pendiente lo más importante: otorgar una regulación que garantice los derechos humanos de las personas consumidoras. Sin embargo, debemos resaltar que no es suficiente regular el cannabis. México es el tercer productor mundial de amapola y el principal distribuidor de cocaína y metanfetamina a los Estados Unidos. Por ello, es necesario también regular otras sustancias para cambiar la drástica situación en la que se encuentra nuestro país.